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Mostrando entradas de octubre, 2020

Bienaventurados

7:30 am Hola, soy Blanco, el eslabón perdido entre una botella de whiskey y un perro. Me gusta la arquitectura, sin embargo lo único que he podido construir en mis 7 años de vida han sido borracheras rotas y tristes. Paseo por las mismas calles, sin falta, porque siempre están con cierto desnivel, y aquí es dónde puedo chapotear a causa de la acumulación de agua… me recuerdan a mi, algo roto, algo raspado, algo chapoteado, entregando felicidad a los pocos que les gusta mojarse sus patas. 5:00 pm Voy camino a casa de Jade, solo para pronunciar mal su nombre y embriagarme con su olor a nardo y vainilla. Mierda. ¿Que haré?. La amo. Eso creo. O después de tanto me convenzo con todas mis fuerzas de esto. 10:00 pm Una fiesta, un lugar dónde todos intentan inútilmente entregarse a la mal llamada felicidad, pero obedeciendo a la norma de entre más la deseo más la alejo; Me contoneo entre las personas, siempre es lo mismo, ternura y lástima, y depronto escucho: -¡No! ¡Que perro tan triste! Fred

El Gran Solitario

Despertó agitado por la arena y el calor. Estaba en medio del desierto tendido en el suelo. Al levantarse, escudriñó en sus memorias, dándose cuenta del lío en el que se metió. Sus esperanzas de vida eran mínimas justo como él deseaba pero con complicaciones tan graves como el dolor del que tanto escapaba. Huyendo del sufrimiento se alejó de la cueva de sus padres y esto le complicaba la vida más de lo que a simple vista se suponía. Sus responsabilidades aumentaban, enfureciéndolo hasta enrojecerse. La ira corría por sus venas y dejando escapar su espíritu desató intensos golpes en el suelo. Sus puños provocaron tormentas, sismos y maremotos en todas las cercanías. La culpa oprimió su corazón y su cerebro se dirigió a la “caja de pandora” de sus vergonzosos recuerdos de “explosiones” repentinas, en las que con solo su voz provocó nefastos daños en sus relaciones, siendo atrapado por sus miedos e hiriendo a sus seres queridos. Ni si quiera dominaba el tono de sus palabras y por el conte

Adiós

Tengo frio. Te miro, y el intenso y helado fragor que se desborda de tus ojos me quema. Me das miedo. Pero más que miedo, ahora solo siento angustia. Angustia de haberte entregado todo de mí, y ahora, ¿con qué me quedo? Te vas. Ahora te vas, y todo lo que soñé y amé, como las hojas que seducidas por el viento del otoño vuelan lánguidas por lo cielos hacia el final de su corta vida, se van tras de ti, y dejan mi vida (si a esto se le puede llamar vida), vacía, triste, como la tarde de invierno en que la blanca nieve cubre el horizonte que nadie quiere ver. Te vas, ¿y ahora qué?, te llevas enredados entre tus inseguridades mi vida. Mis palabras ya no sonarán igual, porque ya no estarás tú para escucharlas. Mis versos de amor morirán igual con la tarde, y solo quedarán noches, frías y oscuras noches, oscuras y eternas noches, en las que solo se oirán los sollozos rumores de mi silencio. Te vas. ¿no dices nada?, tan solo te quedas ahí, como una mole de concreto gris, que tan solo está para

Sin poder decir adiós

Desperté sofocado por la ola de humo turbia que se acentuaba en el filo de mi frente; tenía mis extremidades entumecidas, laceraciones superficiales en la piel y contigua a mí, en estado inconsciente, mi esposa. Me hallaba muy confundido; de manera inquieta y desesperada quería reconstruir, paso a paso, los sucesos previos que nos habían conducido a ese contexto tan abrumante e inverosímil. Como lo tenía previsto, la estructuración de ideas fue en vano; organizar mis pensamientos cronológicamente se me hacía más difícil de lo habitual, consecuencia del aturdimiento que me había provocado el accidente. Cuando logré algo de movimiento en mis brazos, anulé la distancia que me separaba de la mano de Ana; la sostuve en mi pecho y aunque estaba fría e inmóvil, podía reconocer el barniz rojo escarlata de sus uñas. Llegaron los paramédicos y encolerizado imploré que le brindaran, en primera instancia, atención a Ana; la situaron cautamente en una camilla de primeros auxilios para transportarla