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Mostrando entradas de septiembre, 2020

Es tu recompensa

-Eh, llámenme a ese tipo que va ahí, que no se valla, lo quiero justo ahora…  ¡rápido, pero! Eso escuche que le dijo a uno de sus piones, su voz era tremendamente fuerte y  yo ya estaba lejos, pudo solamente habérmelo dicho y ya, pero mando al pion, solo por el simple gusto de mandar. En unos minutos estaba enfrente del gordo robusto, que llevaba puesto un sombrero. Estaba desparramado en la banca, ni siquiera levanto su vista cuando me dijo: -Dejaste una mierda el baño, dime ¿por qué no lo limpiaste? Su voz era intimidante, era profunda y te retumbaba en los oídos. Para él le era imposible hablar bajo o discreto, todo el mundo me torció la cabeza al oírlo y me mostraban sus miradas indescriptibles de asco. Se me congelo la lengua, y empecé a temblar sudando helado, no pude explicárselo, tartamudeé: -Yo no...-No eres circuncidado ¿Verdad? -Me interrumpió clavando su terrible mirada en mi alma ya muy entumecida. -No lo eres ¿VERDAD? Y no me pongas esa estúpida cara, porque sabes de lo q

El titiritero del arcoíris

Hemos de confundir de manera atroz, aquellos miedos que traspasan día a día un punto de quiebre con aquellos errores que no podemos si quiera mendigar con la boca, aquello que nos ata el alma y nos hace reclamar un dolor que no cesa, y al terminar de buscarle una secuencia a un hilo perdido o quizás un punto de equilibrio lo que logramos encontrar es neutralizar la etapa que tiene tanta capacidad para herirnos y regresamos siendo otra persona en un tiempo diferente, mucho más lejano. A veces me encontraba mucho más herido que satisfecho, llegaba a la casa con mi familia y con comida, con lo único poco que podía entrometerse en mi camino. Vivir en el campo nunca fue cosa fácil; y mi vida finalizó poco antes de poder aprender de ella. Junto a mi familia vivíamos en una de esas tantas fincas cafeteras de Palestina, a media hora de Arauca, un pueblito aledaño al río Cauca; donde se encontraban un sinfín de cosas, era como sentirse desnudo en medio de una multitud de personas y rodeado de c

Espérame un poco

En el verano de 1940 Polonia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Holanda y Francia tras sus desastrosas derrotas ante la blitzkrieg alemana, han sido sometidas al Tercer Reich, ahora el reino unido, se enfrenta en solitario a Alemania. Tiempos oscuros se avecinan sobre Europa. Las calles de parís, hasta hace unos pocos días, tan llenas de vida con el típico ajetreo de la gran urbe, se encuentran ahora cubiertas con un velo de tristeza y derrotismo, los hombres con forma de estatuas que se ven en cada esquina con sus uniformes alemanes, y las gigantescas banderas que ondean con descaro , son un filoso recuerdo de lo mucho que se ha perdido, ni siquiera la más bella de las criaturas puede escapar ese ambiente mortecino, pues por estas mismas calles deambula una mujer de belleza admirable, pero cuyo rostro no refleja ningún otro sentimiento mas allá, que el que evocan las frías estatuas de un cementerio. Esta dama tras alejarse con pasos firmes pero lentos, parece detenerse pesadamente frente a

Sombras que me acompañan

Esta es mi entrada número no sé cuánto, es irónico, la verdad empecé a escribir este diario-bitácora con el objetivo de mantenerme cuerdo durante el transcurso de este largo viaje, pero como lo sospeché, aquel día que lo conocí a él por primera vez, cualquier intento por mantenerme dentro de una misma línea temporal es inútil de hecho. En cuanto a él, es una de las diversas sombras que me acechan en la oscuridad. El problema con esto es que todos los días es de noche para mí, pero estoy seguro que ustedes saben de quien hablo, pues todos ya lo hemos visto por lo menos una vez en la vida solo que a cada uno se nos presenta de diferente forma, a mí por ejemplo me buscan estas sombras bidimensionales de dos metros de altura, con forma humanoide, sus ojos no se ven, pero ahí están porque siento como me miran; no sé de donde vienen ni logro percibir cuando aparecen pero siempre caminan vagamente a mi alrededor. El mundo no siempre fue un horizonte vacío y desolado como se ve hoy, lúgubre y

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