Es tu recompensa
-Eh, llámenme a ese tipo que va ahí, que no se valla, lo quiero justo ahora… ¡rápido, pero! Eso escuche que le dijo a uno de sus piones, su voz era tremendamente fuerte y yo ya estaba lejos, pudo solamente habérmelo dicho y ya, pero mando al pion, solo por el simple gusto de mandar. En unos minutos estaba enfrente del gordo robusto, que llevaba puesto un sombrero. Estaba desparramado en la banca, ni siquiera levanto su vista cuando me dijo: -Dejaste una mierda el baño, dime ¿por qué no lo limpiaste? Su voz era intimidante, era profunda y te retumbaba en los oídos. Para él le era imposible hablar bajo o discreto, todo el mundo me torció la cabeza al oírlo y me mostraban sus miradas indescriptibles de asco. Se me congelo la lengua, y empecé a temblar sudando helado, no pude explicárselo, tartamudeé: -Yo no...-No eres circuncidado ¿Verdad? -Me interrumpió clavando su terrible mirada en mi alma ya muy entumecida. -No lo eres ¿VERDAD? Y no me pongas esa estúpida cara, porque sabe...